martes, 24 de mayo de 2011

Nuestra Señora de las Lajas

En el siglo dieciocho, en Colombia, solía caminar hacia Ipiales. Un día en un sitio de nombre Las Lajas hubo una tormenta. Asustada, se refugió en una cueva al lado del camino. Sintiéndose angustiada y sola, comenzó a invocar a Nuestra Señora del Rosario. Entonces, sintió que alguien le tocó la espalda y la llamó. Ella se volteó, pero no vio nada. Con miedo, huyó a Potosí. Días después, María regresó a Ipiales, llevando en la espalda a su hijita Rosa, que era sordomuda. Cuando llegaron a la cueva, ella se sentó a descansar. No había terminado de acomodarse, cuando la niña se bajó de su espalda y comenzó a treparse en las piedras de la cueva, exclamando: "¡Mami! ¡Mami!, ¡Aquí hay una señora blanca con un niño en sus brazos!"

María estaba asombrada, pues era la primera vez que oía a su hija hablar. Y, más aún, no veía por ninguna parte las figuras que la niña describía. Muy nerviosa se fue para Ipiales, allí les contó a parientes y amigos lo sucedido, pero nadie le creyó. De esta manera, muy pronto la región entera supo del misterio de la cueva, la cual todos conocían, pues quedaba al pie de un camino muy transitado.
 
Unos días después, Rosa desapareció de su casa. María, la buscó por todas partes, pero no la halló, hasta que sintió que debía ir a la cueva, pues a menudo decía que la mujer blanca la llamaba. Cuando llegó vio a su hija arrodillada frente a la mujer blanca y jugando con el niño. María cayó de rodillas ante este hermoso espectáculo; había visto a la Santísima Virgen por primera vez.

Temerosa del menosprecio de sus parientes y vecinos, María prefirió callar al respecto. Comenzó a frecuentar la cueva, y, poco a poco, la llenó de flores silvestres y velas de sebo, que su hija le ayudó a pegar en la vía de piedra. El secreto lo sabían sólo María y Rosa, hasta el día en que la niña cayó gravemente enferma y pronto murió. María, decidió llevar el cuerpo de la niña a los pies de la Señora del Guáitara. Allí le recordó a la Virgen todas las flores y velas que Rosa le solía llevar, y le pidió que le devolviera la vida.

Sintiéndose presionada por la tristeza de las súplicas maternales que no cesaban, la Virgen Santísima consiguió de su Divino Hijo el milagro de la resurrección de la pequeña Rosa. Llena de alegría, María se fue a Ipiales. Llegó a las diez de la noche. Les contó a todos sus allegados la maravilla ocurrida. Los que se encontraban ya durmiendo, se levantaron; hicieron que tocaran las campanas de la iglesia, y una gran muchedumbre se reunió frente a la iglesia de la villa. Ya estaba amaneciendo, y todos se dirigieron hacia la cueva. Llegaron al rayar el alba.

A las seis de la mañana, se encontraban en Las Lajas. Ya no podía haber duda acerca del milagro; de la cueva brillaban luces extraordinarias. Allí, en la pared de piedra, se hallaba grabada para siempre la imagen de la Santísima Virgen.





lunes, 23 de mayo de 2011

Virgen del Rosario

Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas referentes al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a esta advocación.

En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.

En el siglo XVI, San Pío V instauró su fecha el 7 de octubre, aniversario de la victoria en la Batalla de Lepanto (atribuida a la imagen), denominándola Nuestra Señora de las Victorias; además, agregó a la letanía de la Virgen el título de Auxilio de los Cristianos. Su sucesor, Gregorio XIII, cambió el nombre de su festividad al de Nuestra Señora del Rosario.2 A causa de la victoria en la batalla de Temesvár en 1716, atribuida por Clemente XI a la imagen, el papa ordenó que su fiesta se celebrase por la Iglesia universal. León XIII, cuya devoción por esta advocación hizo que fuera apodado el Papa del Rosario, escribió unas encíclicas referentes al rosario, consagró el mes de octubre al rosario e incluyó el título de Reina de Santísimo Rosario en la letanía de la Virgen.

Como anécdotas, tanto la Virgen de Lourdes en su aparición de 1858 como la de Fátima en 1917 pidieron a sus aparecidos que rezasen el rosario. Gran parte de los papas del siglo XX fueron muy devotos de esta advocación, y Juan Pablo II manifestó en 1978 que el rosario era su oración preferida.

Es la patrona de las batallas, así como de muchas localidades repartidas por todo el mundo.


Oracion de la Virgen del Rosario
Madre enséñanos a decir si a todos los proyectos divinos; danos el proclamar contigo las maravillas del amor de Dios como lo hiciste en la casa de Isabel; comunícanos, tu espíritu de adoración a Jesús en la pobreza de nuestra vida cotidiana, como Tú lo hiciste en Belén; particípanos tu capacidad de interiorización de los misterios del Dios vivo, de la pasión de tu Hijo y que cada día resucitemos a una vida de más entrega y generosidad, impulsados por la gracia de un nuevo y constante Pentecostés; que seamos testigos vivos y elocuentes de la vida, muerte y resurrección de tu hijo Jesucristo.

Himno de la Virgen del Rosario 
 

domingo, 22 de mayo de 2011

Virgen de la Acovadonga

La Virgen de Covadonga, conocida popularmente como la Santina, es una imagen de la Virgen María que se encuentra en una cueva en Covadonga, concejo de Cangas de Onís, Principado de Asturias, España. Es la Patrona de Asturias y es una de las siete Patronas de las Comunidades Autónomas de España.
La imagen primitiva se perdió en un incendio. La actual talla data del siglo XVI y fue donada al Santuario por la Catedral de Oviedo en 1778.

Es una talla policromada cubierta de vestiduras y manto, aunque fue concebida para mostrarse sin el ropaje y el manto está pintado sobre la madera en un color azul verdoso adornado con flores rojas. La capa es de color rojizo con los bordes dorados, así como el cinturón y los bajos del faldón tallados en la escultura. La Virgen sujeta al Niño Jesús en su mano izquierda y en la derecha sujeta una rosa de oro. Sobre su cabeza, una corona dorada con perlas en sus aristas y brillantes incrustados. Del arco que describe la parte superior de la corona pende una paloma representando al Espíritu Santo, rodeada de un círculo de brillantes.

La imagen de la Santina fue robada de su cueva y llevada a París en 1939, aunque no fue objeto de profanación alguna. Terminada la Guerra, se hizo cargo de la Embajada Española en París el doctor Don Pedro Abadal quien comunica del hallazgo de la imagen en París y el mismo Pedro Abadal trasladó la imagen en su coche cerrado desde la embajada de España en París, donde fue encontrada, hasta la frontera con España.

El día 11 de junio de 1939 entraba triunfalmente en España la imagen de la Santina. La ciudad de Irún se disponía a recibirla con una extrema exaltación de religiosidad. El mismo entusiasmo suscitó la Santa Imagen en San Sebastián, Loyola, Mondragón, Vitoria, Valladolid y León. El día 13 llegaba a Asturias entrando por Pajares.

Pasó nueve días en la Catedral de Oviedo visitó Gijón, Avilés y varios pueblos hasta que por fin llegó a Covadonga donde con gran entusiasmo se entronizaría. Fue recibida en el llamado campo del Repelao por el Cabildo de la Colegiata el 6 de agosto, depositándose la imagen de la Virgen en la Santa Cueva de Covadonga a la una y media de la tarde.




Himno de la Virgen

Estrofa I

Bendita la Reina de nuestra montaña,
 que tiene por trono la cuna de España
 y brilla en la altura más bella que el sol.
 Es Madre y es Reina. Venid, peregrinos,
 que ante ella se aspiran amores divinos
 y en ella está el alma del pueblo español.

Estrofa II

Dios te salve, Reina y Madre
 del pueblo que hoy te corona
 en los cánticos que entona
 te da el alma y el corazón
 causa de nuestra alegría,
 vida y esperanza nuestra,
 bendice a la Patria y muestra
 que sus hijos tuyos son.

Estrofa III

Como la estrella del alba
 brilla anunciando la gloria
 y es el pórtico la gruta
 del templo de nuestra historia.
 Ella es el cielo y la fe,
 y besa el alma de España
 quien llega a besar su pie

Estrofa IV

Virgen de Covadonga, Virgen gloriosa
 flor del cielo que aromas nuestra montaña
 tu eres la más amante, la más hermosa,
 Reina de los que triunfan, Reina de España.
 Nuestros padres sus ojos a ti volvieron
 y una patria en tus ojos adivinaron
 con tu nombre en sus labios por ti lucharon
 con tu amor en las almas por ti vencieron.

 




Virgen de la Candelaria

La Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelaria es una de las advocaciones marianas más antiguas de la Virgen María, su fiesta se celebra en toda la Iglesia católica el 2 de febrero.
Su devoción tiene mucho arraigo en países como España, Bolivia, México, Perú y otros. Asimismo, su patronazgo se extiende a varias ciudades y países de América y de otros continentes.

Origen de la advocación

La Virgen de la Candelaria toma su nombre de la fiesta de la Candelaria o de la Luz, que tuvo su origen en el Oriente con el nombre del "Encuentro", y después se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial.
 Su fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje biblíco de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39) y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).
La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el significado de la fiesta. Cristo la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o las candelas, de donde se deriva la advocación de la Virgen de la "Candelaria".

ORACIÓN

Virgen de Candelaria, madre de Dios y madre nuestra,
Patrona de Canarias.

Con toda la devoción y
confianza, que un hijo pone en su madre, quiero ofrecerte,
hoy, mi persona, mis cosas y mi vida entera.

Acéptalas, madre mía.

Te pido protección para aquellos hijos tuyos,
que por circunstancias de la vida, se encuentran fuera de sus
hogares, y desde lejos te invocan con sincero corazón.

Dulce Virgen de Candelaria, consuelo de los afligidos y
Reina de los hogares cristianos: derrama tu gracia sobre nosotros
y sobre nuestras familias: y haz, que sin olvidarnos de Ti, tengamos
siempre, salud y paz. AMEN.

Virgen del Carmen





Según la tradición, durante la celebración de Pentecostés, algunos fieles que investigaban la vida de los profetas Elías y Eliseo en el Monte Carmelo, actual Israel, fueron convertidos al catolicismo tras la aparición de una nube en la que iba una imagen de María. En ese monte, fundaron un templo en honor a la Virgen y la congregación de los Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, la que pasó a Europa en el siglo XIII luego de su persecución en Tierra Santa.
El 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se habría aparecido a San Simón Stock, superior general de la Orden, al que le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. Según es tradición la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo, creencia que ha sido respaldada por los Pontífices. La iconografía principal de la Virgen la muestra portando dicho escapulario.
La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa y América, destacando entre ellos España, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Perú, Colombia, Chile y Argentina.



ORACIÓN  la Virgen del Carmen
¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos, que miráis con ojos de particular bondad al que viste vuestro bendito Escapulario, miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal protección. Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la caridad. Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos. Asistidme en vida, consoladme cuando muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme a la augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y bendeciros en el Paraíso. Amén.

Virgen de las Nieves

Nuestra Señora de las Nieves es una antigua advocación mariana que se remonta al siglo IV y que está muy extendida en Italia, España, Latinoamérica y Portugal.

El origen se atribuye a la época del papado de Liberio (352 - 366) en el que se relata que un anciano y acaudalado matrimonio de la nobleza patricia de Roma que no había tenido hijos y a los que se atribuía gran caridad hacia los demás, solicitaron de la Virgen María que les señalase qué debían hacer con sus bienes para garantizar el mejor uso cristiano de la herencia. La tradición católica cuenta que la Virgen se manifestó ante ellos y les indicó que, allá donde señalara, se le construyese un templo. Así, en la mañana de un 5 de agosto, amaneció nevado el monte Esquilino de Roma, lo que, como hecho extraordinario, el matrimonio interpretó voluntad de la Virgen y así lo hizo saber al Papa. Otras versiones afirman que la Virgen se apareció en sueños a los esposos y al Papa y les anunció la nieve de agosto.

La obra se concluyo un año después, con la financiación de la familia patricia y el apoyo eclesiástico. La iglesia desapareció no mucho tiempo después, y se reconstruyó por el Papa Sixto III alrededor del año 434, siendo en la actualidad la Basílica de Santa María la Mayor.

La devoción a Nuestra Señora de las Nieves quedó reducida a Roma y su periferia, al menos hasta los inicios del año 1000. La primera obra artística de la que se tiene constancia que representó el milagro se atribuye a un discípulo de Giotto que se conserva en la Basílica actual.

Oración a la Vírgen de las Nieves

Virgen purísima de Las Nieves que apareciste al Mundo
por la visión del piadoso y caritativo Juan,
varón romano y su esposa, y también por la intervención
de San Liberio Papa, al erigirte un templo
en el cuadro marcado por blanca y pura nieve
en el Monte Esquilino, te pedimos...

¡Madre de las Nieves, que como Patrona
protejas a tus hijos amantes de las actividades de montaña,
y que desde la cima del Aconcagua hasta la extensión del llano,
y que desde el norte de Los Andes hasta el sur de nuestra Patria,
se oiga esta plegaria: Salve Santa Madre de Dios,
protege a los montañeros y que las benéficas nieves
enriquezcan nuestros campos.

Que tu protección nos guíe, y perdones nuestras culpas. Amén
 

sábado, 21 de mayo de 2011

Virgen de la Puerta



En el tiempo de los conquistadores, siglo XVII, el puerto de Huanchaco se había convertido últimamente en la entrada de miles de piratas que saqueaban la ciudad. Una noche, los pobladores devotos de la Virgen Inmaculada, decicieron sacarla al puerto durante 3 días y 3 noches donde la cuidarían y le rezaría todo el tiempo pidiéndole que no les robaran más y que los piratas se marcharan. Al no haber saqueos porque justamente los piratas se retiraron, se dieron cuenta que su fe había dado resultados, lo cual los llevó a llamarla Virgen de la Puerta.








ORACION A LA VIRGEN DE LA PUERTA

¡Oh Virgen Santísima de la Puerta! Bendice nuestra casa, para que sea el hogar del amor y la paz, Bendice la puerta abierta como los brazos extendidos que den la bienvenida, Bendice las ventanas que dejan entrar el sol a raudales cada mañana, y por donde se asoma las estrellas que en la noche son luces de esperanza, Bendice los muros que nos defienden del viento, y que son nuestros amigos en las horas que pasan, Bendice nuestra mesa, los sitios de trabajo, para que nos ayuden, y el lugar del reposo para que nos resguardes, Bendice el techo que cobija los afanes de hoy y los sueños de mañana, y que guarda siempre entre los vivos la memoria sagrada de los que se han ido, Bendice a la madre, que es la luz de la casa, al padre que es fuerza y alimento, y que sean benditos los hijos, vida y esperanza de ellos,Bendice nuestros pensamientos, para que sean rectos nuestros actos, para que nos conduzcan a Ti, Bendice nuestras horas de paz y silencio, para que fortalezcamos juntos nuestro espíritu, Bendice nuestros dolores y alegrías porque son el corazón de la familia.






domingo, 15 de mayo de 2011

Virgen de la Nube

En 1696, un Obispo de Quito estaba desahuciado con una rara enfermedad, entonces el pueblo decidió hacer una novena por su salud ya que era tan devoto de la Virgen María. El 30 de diciembre en plena procesión, de repente se apareció la imagen de maría firmada por nubes. Casi 500 personas fueron testigos de este hecho mientras el obispo se curaba, por eso la llamaron Virgen de las Nubes. Al iniciar cada año, cada primero de enero miles de creyentes de Ecuador y del exterior llegan a la ciudad de Azogues para venerar y participar de todos los actos preparados por los franciscanos, entre los que se destaca la procesión, que a más de ser un acto de fe, se ha convertido en un fantástico atractivo turístico de propios y visitantes.

Con relación a como llega a conocimiento de las Madres Nazarenas el suceso del Milagro, tenemos que para el 30 de diciembre de 1696, año de la aparición, en Lima el Beaterio está a cargo de la Madre Antonia Lucía (ecuatoriana) quien fallece en 1709. Precisamos pues que entre la Aparición de la Virgen y la muerte de la Madre Lucía transcurren 3 años. Hay quienes manifiestan que este tiempo fue corto para que la noticia llegara a Lima y la Madre iniciara el culto, mientras que el Padre R. Vargas Ugarte en su libro "Historia del Sto. Cristo de los Milagros" hace mención que al año siguiente del Milagro se tenía conocimiento en Lima del hecho, dejando abierta la posibilidad que la Madre Lucía ya conocía el hecho del milagro.

Sucede a la Madre Lucía la Madre Josefa de la Santísima Trinidad, quien sale del Convento del Carmen de Santa Ana el 18 de marzo de 1730 y está a cargo del Monasterio hasta el 26 de julio de 1750. Entre 1709 y 1730 transcurren 21 años y de esta fecha a 1747, año en que aparece la Virgen en procesión, transcurren 17 años. Suponemos que en el transcurso de estos años por algún motivo conocido o familiar ecuatoriano, o documento escrito de la época, se toma conocimiento del Milagro y como se menciona en algunas líneas pudo haberse escogido esta imagen en conmemoración a la Madre Lucía.


Oración a la Virgen de la Nube:

Oh Milagrosa Virgen de la Nube! Madre de Jesús y Madre nuestra,
  bienvenida seas a esta tu casa; te saludamos con todo el afecto de nuestro corazón, quisiéramos que en este día ninguna acción nuestra te desagrade,
quisiéramos honrarte como los ángeles te honran en el cielo,
alabarte y bendecirte con todos los justos,
 y servirte con la fe y devoción de tus verdaderos hijos.
Madre misericordiosa suple nuestra pobreza y miseria.
No somos dignos de que la Madre de Dios venga a nuestra casa.
Señor y Dios nuestro nos arrepentimos de todo corazón.
Perdónanos Señor, y haznos dignos de las misericordias y bendiciones de María,
tu Madre Santísima.
Bendita Virgen de la Nube, pon remedio a las necesidades de nuestra;
aleja de nosotros el odio, la impureza, la frialdad en el servicio y el apego a lo terreno.
Danos acierto en nuestros negocios, éxitos en nuestras empresas;
bendícenos en el trabajo, cúranos en las enfermedades,
libranos de los enemigos y danos la paz del corazón.
Socórrenos en la pobreza y consuela nuestras penas.
Te consagramos toda nuestra casa con todo lo que hay en ella:
nuestros padres, nuestros hijos, nuestros esposos y esposas y de todos nuestros bienes sean desde hoy para siempre tuyos.

Acógenos, oh piadosísima Virgen, bajo to protección y amparo, para que venciendo al mundo, al demonio y a la carne, te podamos amar y servir en esta vida, y cantar tus alabanzas en la patria delestial. Amén.